Me llevé la gran sorpresa de mi vida en la mañana. Estaba Héctor en mi lugar y le estaba platicando de América cuando de repente ante mis incrédulos y culpables ojos, que sé manejar muy bien, se aparece la blanca y relampagueante sonrisa de Mr. Charming en persona. Si me hubiera podido atragantar con algo, lo hubiera hecho, pero sonreí de gusto y abracé y me dejé abrazar gozosa y anhelante. Se fue y como Héctor no se movía me paré por té. O sea, ¿qué le pasa? Nunca pela y cuando se aparece el galán NO se mueve. Whatever. Me mandó llamar Iván, me entretuvo mucho tiempo y yo ni pelaba por pensar que Mr. Charming andaba por ahí. Cuando volví a mi lugar ahí estaba en la lejanía y yo me sentí tranquila. Sabía que me iba a ver cuando se fuera. Y así fue. Fue a preguntarme qué iba a hacer esa tarde. Me dijo que tenía mucho trabajo, que no sabía si nos podíamos ver, que si lo dejábamos para el próximo viernes, que no me prometía nada blablablá. Le dije que no tenía nada que hacer, que me llamara y que me podía dormir en la tarde. Me dijo que me hablaba.
A las 15.16 me llegó el texto en que decía que sí me veía alrededor de las 10.00. Fui muy feliz. Le mandé un texto a Ame que iba a salir y que buscara dónde dormir, si con su padre, con mi madre o con Scarlet.
En casa comí con Ame y no fuimos al cine porque se preparó para ir con Scarlet que iban a salir a un antro. Se fue y luego me bañé, me dormí, me vestí y esperé y espere y esperé. Total a las 10.10 le envié un mensaje preguntando cómo iba y me dijo que ya iba a la casa. Llegó diez minutos antes de las once, para variar.
Lo recibí seria y con una sonrisa "enojona" le pregunté, -¿Algún día llegarás a una hora decente? Le debí haber tomado la cara por la barbilla y darle un buen beso, pero todavía no dejo que esa parte de mí aflore.
Y bueno, fuimos a cenar a la Central de Pizzas. Platicamos y platicamos y muy de repente me tomaba la mano. Ya no me callo cuando me toman la mano. Solo clavo la mirada y apenas ahorita me acordé. Ame ya me dijo que gozara el presente y que deje de comparar a todos con todos. Y eso trato.
Esa fue la parte convencional. Con este hombre siempre hay una parte oscura, pervertida, que me inquieta y me atrae, de la que quiero huir y que sin embargo me ancla. Me fascina, me hipnotiza, me mesmeriza. Está a punto de sacar mi lado tantos años oculto. Y me da terror que lo saque y que luego no haya dónde sacarlo a pasear, ni con quien. Pero bueno, esto es para poner solo lo bueno.
Nos fuimos a la Zona Rosa a buscar un antro desnudista que no encontramos. Pero anduvimos caminando por ahí como a la 1.00. Acabamos en una sex shop y me compró mil cosas, o eso me pareció. No estrenamos nada, será en otra ocasión.
Buscando un motel, dijo, -Quiero uno lindo. Y eso me gustó. Me consiente, quiere lo que yo quiera. Y se siente tan bien. Me siento como si me pusiera un abrigo caro encima. Y no le duele gastar. Y me siento mimada, apreciada, querida. Igual todavía insegura, incierta, pero acogida. Creo que me estoy enamorando. And maybe I shouldn't.
Fuimos a un motel sobre Patriotismo. Rentó una villa. Era linda. Y gozamos. Este blog no es del género ardiente, así que no incluiré esos detalles aquí. Simplemente salimos con una gran sonrisa y no me hubiera molestado amanecer con él. Fue un lindo día. Casi, casi me gusta esta incertidumbre donde no sé nada de él y de repente un día aparece y se comunica y empieza y acaba con él.
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