lunes, 8 de diciembre de 2014

06 diciembre, 2014

Después de meses, fuimos a comer a casa de Consuelo. Los muchachos se encerraron en la recámara de Matías y nosotras nos acabamos una botella de Cabernet Sauvignon cocinando. O mejor dicho, yo veía y de repente le ayudaba a Consuelo a hacer la comida. Como hizo tagliatele con salsa a la bolognesa y empezamos a las 16.00 a cocinar, la cena estuvo lista a las 21.00. Y tuvimos horas para ponernos al corriente. Y me sorprendió ver a Consuelo derrumbarse frente a mí. De repente se le quebró la voz, no sé si con rabia o con una enorme soledad y luego se sostuvo de la mesa con fuerza. Una lágrima cayó en un tagliatele y la secó con una servilleta de papel. La vida se vuelve difícil a medida que envejecemos. Se enteró, después de año y medio, que Carlos, su Carlos, con quien hace magia, sigue casado. Y le cayó bien Óscar por el hecho de que él me dijo que vivía con alguien a la cuarta cita. Pero la pasamos tan bien que Ame me sugirió pasar la Navidad con ellos.

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