The best and the worst. Lo siento, este día no puede ser solo bueno. Fue un día intenso. O mejor dicho, una noche muy intensa. Demasiado.
Día intenso de trabajo sin parar. Final del torneo Santillana. Aurora y yo fuimos. Malú nos había invitado a la fiesta después, pero yo no quería ir. Yo tenía otros planes. Ame iba a salir y yo no sabía todavía qué onda con mi Mr. Charming. Ame me recomendó que no intenseara y que si a las 20.00 no sabía nada que le enviara un mensaje preguntándole toda casual si nos íbamos a ver o no. Y pues eso hice y el muy malvado me contestó media hora después y yo estaba toda enojada y con ganas de mandarlo al cuerno. Porque él me había dicho que nos veíamos y luego me responde, "¡Va! Nos vemos, pero llego tarde." Y yo en el saque de onda, pero bueno. Me bañé súper tarde, a las 20.00 porque me dijo que llegaba a las 10.30, lo que se traduce a las 11.30. Anyway. Me arreglé bonita. Y hasta eso, llegó a la hora que había dicho, suponiendo que eran las 11.30, llegó a las 11.20. Le hice la broma de que hasta eso había llegado temprano. Fuimos a cenar a unas hamburguesas en La Nápoles y platicamos. Le dije que quería hablar con él de algo y él estaba muy interesado, pero yo me hacía la idiota porque no me salía, no me daba el valor. Quería preguntarle en qué plan estábamos saliendo. Total en eso suena su teléfono y era Rubén desde el teléfono de Antonieta preguntándole a qué hora iba a ir a la fiesta. Me preguntó si quería ir y que como yo quisiera. La verdad así sí quería ir, con él. Pero, tenía pavor a encontrarme con Héctor, que aunque no me había pelado para nada en la semana y hasta en el mero torneo fue a decirle quién sabe qué cosa a Aurora y a mí me ignoró olímpicamente, está loco y no sabía qué fish. Entonces, fuimos a comprar cigarros. SE fumó su cigarro y empezó con choros existencialistas. Que la vida es muy corta, que se le murió un hermano, que hay que vivir, y blá. Yo me metí al carro porque hacía frío y me aburría. De repente se acaba el cigarro, lo tira, lo aplasta, hace pausa dramática me ve y realmente triste he blurts out, -Clau, vivo con alguien y tengo una hija.
Me quedé muda. Lo sabía, deep inside lo sabía. Anto iba a averiguar eso en la fiesta. No supe qué decir ni qué hacer. Tenía muchas ganas de llorar y hasta me dolió la panza. Me vio y me dijo, -Por favor di algo. ¡No podía! ¿Qué digo? ¿Otra vez? ¿Cero y van tres? I'm kinda getting fed up? No. Lo peor del caso es que no fue como con Ricardo o con Héctor. Óscar es diferente. Ya sé, ya sé. Sé que es la misma historia. Es el mismo patrón idiota y estúpido, es la misma píldora que me dora. Pero sus características, su "oscaridad" es lo que lo hace diferente. Ricardo le sacó, Héctor es un niño de 15 años encerrado en un anciano de 52 casi 53. Óscar no. Está dispuesto a subirse a este tren. Lo ha hecho y conforme escribo me voy aterrando. Pero estoy enamorada aka idiotizada por este hombre más joven que yo, que tiene ambiciones más allá de alimentar a su familia, de pensionarse y poner un negocio, que no le teme a la vida, que no le teme a un dios egoísta, que -y esto me aterra- no le teme a romper corazones, o tal vez sí. I really don't know en qué me estoy metiendo. ¿Qué pedo conmigo? No podía hablar. No dije nada. Lo abracé y le dije que algo intuía. Y le pregunté en qué plan salíamos. Y él me dijo que en el plan que yo quisiera, que estaba a mi disposición. Too much power confuses people not used to it. Tampoco pude contestar eso. Y me vio con verdadero terror. Estaba preocupado por mi respuesta y me jaló hacia él y me abrazó y así estuvimos. Me dijo, -Si quieres no hay sexo. Como quieras. Pero supongo que rogaba que yo no aceptara esa sugerencia. Para romper la tensión le dije que todavía tenía algo que confesarle que le iba a dar risa. Y le dije, -Sí anduve con Héctor. Pero ya fue, se acabó hace mil años.
Y se rió.
Y le dije, -Tenemos que ir a una fiesta.
Y fue por las cervezas y fuimos a la fiesta.
II
Nunca olvidaré la cara de Héctor cuando me vio entrar del brazo de Óscar. Me vio y se quedó helado, pero rápidamente se recuperó y siguió cantando. Sí canta bien. Lástima que ya no está la situación para que me dedique algo. Después desapareció. Lo noté de inmediato. Óscar fue por una cerveza y me dijo, -¿Y si Héctor me reclama?
-No te va a reclamar nada. Le dije
Bailamos y me preguntó, -¿Dónde está Héctor?
Fingí que lo buscaba y dije, -Ni idea. Igual y ya se fue.
Solo Dios sabe si se había ido o si se bajó a dormir.
Bailamos y nos divertimos mucho. Anto estaba muy mal y luego me dijo que me había estado evitando porque no quería decirme que había averiguado que Óscar estaba casado. Y eso es lo malo y lo triste. Y la noche fue linda. Sí sentí la cara de Héctor todo el tiempo. Pero como no me había hablado en toda la semana, pues ni sé si se fue por verme con Óscar o simplemente por verme. Como está loco...
III
Llegamos a las 6.00 a la casa y justo en ese momento empezó el gran aguacero. No podía salir del auto porque no llevaba mi paraguas. Nos empezamos a besar, ¿por qué no? No nos habíamos besado como nos gusta. Y pues se empañaron los vidrios, la calle estaba vacía por la lluvia y por la hora y nos apasionamos, o mejor dicho, él se emociona y yo me dejo llevar. Es como en el baile, me sabe bailar. Bailo a su ritmo y me dejo. Y dejo salir todo mi wild and crazy side. Y se fue con una gran sonrisa.
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