martes, 1 de julio de 2014

30 junio, 2014

El sábado -que por ser 100% trágico no aparece en este blog- Óscar y yo quedamos de vernos para hablar y decidir qué onda. Yo le dije que el lunes. Yo quería el sábado, él no podía hasta el domingo, yo le dije que el lunes. Evité a Sabina para no influenciarme y tomar hasty decisions. Escuché a P!nk. Y de repente, alrededor de las 17.00 me llegó un mensaje de Óscar preguntándome si podía hablarme. Le dije que sí. Dijo que se le complicaba llegar a las 19.00, pero que seguramente llegaría a las 19.30. Quedamos que yo me movía y cuando me estableciera en algún lugar, le hablaba para vernos ahí. Ni me apuré en salir, pero eran 19.15 y yo ya estaba casi en el metrobús de José María Rico cuando le mandé un mensaje preguntándole qué tan lejos estaba. Me dijo que ya estaba cerca y no se tardó en llegar por mí. Dijo 19.30 y eran las 19.35. I was really and favorably impressed.
Nos fuimos a cenar a Julius Pizza rumbo al TAE, donde una vez me llevó Adam. Ironías de la vida y ya. Hablamos de muchas cosas. Me ofreció una Mac en los pagos que yo quisiera y es lo más peligroso y lo que nunca jamás en la vida voy a aceptar. Dependencias nunca jamás y menos económicas. Me compraré mi lap top con mi dinero en diciembre cuando finalmente sea editora. Meterse en deudas con quienes tienes relaciones inciertas es so not recomendado. Hablamos de las hijas, de las familias y me encanta cómo me ve cuando hablo. Me facilita mucho hablar. Y él me interrumpía mucho, lo cual toleré, pero tal vez no lo haga de nuevo. Whatever. Le conté mis largas historias de amores pasados, de decepciones y de lecciones concluyendo con -En mi familia somos longevos, y no quiero despertarme un día ya anciana y arrepentirme de lo que no hice.
No me captó nada. Me decepcionó mucho. Total le dije que va, que andamos y que seamos felices. Y fuimos felices. Llegamos a la casa y otra vez nos besamos como si fuéramos estudiantes de no sé si secundaria o preparatoria. Pero como si todavía tuviéramos la hormona a flor de piel. Y, creo que así es.
Estaba todo emocionado recordando el sábado en la mañana y le dije que no. Que tenía que trabajar al día siguiente y se fue. Y ya en casa le mandé un mensaje donde le mandaba todos los besos que se me habían quedado atorados. ¿Qué quieres? Lo que más me gusta de esta situación es comérmelo a besos. Y me respondió, "¿Cuántos te caben en tu boca?" Y le contesté, "Los que sean, siempre voy a querer más." Y me respondió, "Entonces te mando mil solo por hoy." Y me dio risa y ya no contesté nada. Hoy no le he enviado nada, ni él a mí. Me pregunta constantemente si quiero verlo más seguido y le digo que sí, pero no hace nada. Pero soy feliz.

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