Ayer fue un día sin trabajo hasta las 16.30 más o menos. No estaba muy inspirada y no escribí mucho. Me entró la desazón por no recibir ni un mensaje de Mr. Charming y me dio la tristeza, el síndrome de lo que pasa cuando, como diría Sean , "You've got too much spare time in your hands". Me dio un bajón anímico cañón. Ya sé que este es el blog de la buena vibra y voy para allá. Llegué de malas a la casa. Y eso que Ame me dio la excelente noticia de que había sacado 8.00 en su examen de Mate 3. Nos fuimos a celebrar a McDonald's y ahí platiqué con ella y me dio consejos. Es raro que sea mi hija quien me de consejos a mí y no al revés, pero qué quieres, nunca tuve la habilidad que ella tiene, ni su experiencia, ni su mamá, la mía era y es muy pre-nietzsche por decirlo de algún modo. El punto es que me calmó.
Y bueno, sí le había enviado yo un mensaje a Mr. Charming que me contestó de inmediato y fue divertido, pero not enough for me. I mean I want beyond divertido.
El punto es que estaba escribiendo el blog de Café y el invierno contigo cuando me llegó un mensaje. Creyendo que era de UNO lo ignoré y a las quinientas lo tomé para borrarlo y me sorprendió gratamente ver que era de Mr. Charming y que me enviaba mis mil besos. Eso estuvo lindo y ya unexpected porque yo creía que ya no me iba a escribir nada. Me dio ternura y quizá todo esté en mi mente, pero fui feliz. Solo eso necesito para mantener mi adicción, una pequeña dosis de mil besos diarios. Le contesté, me contestó, le volví a contestar y ya no dijo nada. No importa qué, hubo más de un mensaje. Y estoy mal, tan mal, pero por el momento me vale.
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